"El dinero coacciona el sexo en la prostitución, que representa una violación serial”. MacKinnon planteó que "nadie se declara a favor de la trata de personas o la inequidad de género pero no ocurre así con la prostitución, ante la cual hay gente a favor, tolerante o que la considera políticamente correcta". "Muchos consideran que es inevitable e incluso necesaria, pero esta posición no se basa en la realidad sino en la ideología, y la prostitución es la opresión más vieja que existe", dijo la profesora de Derecho en las universidades de Michigan y Harvard.
"La reglamentación estatal o la sindicalización tiene como objetivo legitimar a los explotadores para que se considere a la prostitución una actividad como cualquier otra", expresó…"el sexo es elegido y querido: cuando es mutuo, es su propia recompensa; el sexo real ni se compra ni se vende y si es de sobrevivencia, es prostitución".
"Cada mujer prostituida atiende unos 7 mil hombres por año haciendo disociación entre el `Yo` y el mundo para sobrevivir, y el comprador (cliente) entiende esa necesidad como `consentimiento`: esto es ideológico, por lo cual penalizar al comprador baja su privilegio". "Las mujeres pueden imaginar una vida sin el sexo a la venta", concluyó, ovacionada por el auditorio.
El día anterior, la asesora en cuestiones de género de la Corte Penal Internacional, se reunió en la sede de la Universidad de San Andrés con Graciela Collantes presidenta de la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos "AMMAR-Capital", Marta Fontenla y Magui Bellotti de ATEM "25 de Noviembre",y de la Campaña Abolicionista "Ni una Mujer más víctima de las redes de prostitución" y Marlene Wayar por "Futuro Transgenérico" donde compartieron experiencias e ideas sobre la prostitución y la trata de personas.
